Construido a una altitud de 652 metros en el siglo XIII por iniciativa de Jacques II de Mallorca, forma parte de una vasta red de torres de señales ubicadas en Rosellón.
Con una altura de 30 metros y una circunferencia de 25 metros, esta torre de señales servía antaño para vigilar el mar y España para protegerse del más mínimo ataque.
Se comunicaba con sus vecinos a través de un sistema de incendios, por la noche el fuego servía como señales luminosas, durante el día sirviendo para producir humo. Su vecina más cercana es la Torre Massane, que estaba unida al Castillo de Collioure, residencia de verano de los reyes de Mallorca.
Consta de dos plantas sobre bóvedas que albergan un aljibe y una chimenea, sus muros tienen 2 metros de espesor atravesados por varias aspilleras.
Se beneficia de un panorama excepcional sobre la llanura y la costa del Rosellón.
Con una altura de 30 metros y una circunferencia de 25 metros, esta torre de señales servía antaño para vigilar el mar y España para protegerse del más mínimo ataque.
Se comunicaba con sus vecinos a través de un sistema de incendios, por la noche el fuego servía como señales luminosas, durante el día sirviendo para producir humo. Su vecina más cercana es la Torre Massane, que estaba unida al Castillo de Collioure, residencia de verano de los reyes de Mallorca.
Consta de dos plantas sobre bóvedas que albergan un aljibe y una chimenea, sus muros tienen 2 metros de espesor atravesados por varias aspilleras.
Se beneficia de un panorama excepcional sobre la llanura y la costa del Rosellón.
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